Adaptar la Voz para Diferentes Audiencias

Comunicarnos es un arte que requiere de paciencia, trabajo y atención especial a la audiencia a la que nos dirigimos.

No es lo mismo hablarle a un grupo de niños de primaria que a sus padres, aunque el objetivo sea idéntico: vender cupos para un curso espectacular de arte en el verano.

Cada audiencia percibe y analiza el mensaje desde una perspectiva distinta por sus características propias. Es allí donde se centra la labor de adaptar el tono de tu voz a cada una, cuidando las palabras y preservando de manera celosa los valores que te identifican.

¿Pero es que identidad verbal, voz y tono no son lo mismo?

Empecemos por aclarar este punto antes de continuar: no, no son iguales, pero se relacionan de manera estrecha.

La identidad verbal es el conjunto de elementos que constituyen el lenguaje que utiliza una marca para transmitir su mensaje, diferenciarse de la competencia y conectar con su audiencia.

La voz es el elemento de la identidad verbal que representa la personalidad de la marca. Es única y se convierte en su sello personal.

Y es aquí cuando llegamos al tono, que no es más que la forma cómo adaptamos la voz de acuerdo a la audiencia a la que nos dirigimos y la información que queremos transmitir.

Una vez aclarado este punto, vamos entonces a lo que nos interesa: cómo adaptar la voz de tu marca a través del tono para conectar de manera sólida y efectiva.

voz de marca

Si no conoces tu objetivo, nunca sabrás cómo llegar a él

Si no conoces a tu audiencia, menos sabrás de qué manera hablarle. Así que acércate al segmento elegido y escúchalo atentamente:

  • Define el segmento al que te vas a dirigir: qué quieren, qué buscan, su edad, etc.
  • Ubica los espacios (redes sociales, sitios web, etc.) a través de los cuales se comunica con frecuencia y escucha lo qué dicen sobre tu sector: preferencias, críticas, alabanzas e interacciones. 
  • Construye el perfil de tu audiencia lo más detallado posible y procede a elegir el tono adecuado.  

Elige el tono que se ajuste a la identidad verbal y voz de tu marca según el contexto

A la hora de hablar de tono, me encanta usar la definición que nos ofrece la gente del Nielsen Norman Group (expertos en UX):

Es la forma en la que comunicamos nuestra personalidad. El tono de voz es la forma en que les decimos a nuestros usuarios cómo nos sentimos con respecto a nuestro mensaje, y también influirá en cómo se sentirán ellos con respecto a nuestro mensaje”.

El tono le hablará a la audiencia de lo que despierta en ti lo que haces y lo que deseas despertar en ellos. Por eso es tan importante elegirlo con cuidado.

¿Tu objetivo es destacarte como una autoridad en tu área? El tono formal es perfecto para transmitir esa competencia que buscas.

¿Tu audiencia es joven e irreverente? Entonces el humor y la extravagancia pueden ser la mezcla perfecta que te permita conectar de modo adecuado.

Si tu intención es estimular la curiosidad e incitar a tu audiencia a compartir contigo sus secretos, un tono cálido, cercano, informal y amistoso abrirá las puertas al intercambio que deseas conseguir. 

El universo es amplio a la hora de hablar de tonos. Puedes ser formal, informal, cercano, distante, divertido, serio, informativo, casual, extravagante y pare de contar. 

La mezcla adecuada de características a la hora de elegir el tono de voz resulta de saber qué quieres transmitir y a quién. 

¿Un aspecto vital que no debes olvidar? La retroalimentación. Es necesario mantener el proceso de escucha activa y constatar si tus propósitos de comunicación se cumplieron o no. Recoger tanto los elogios como las críticas y hacer los ajustes necesarios al tono.  

Crear conexiones fuertes es un trabajo en dos direcciones siempre. 

Por último, no olvides documentar tu proceso y mantener tu propia guía de estilo

No hay nada más enriquecedor que el proceso de investigar, así que papel y lápiz en mano (o tu ordenador si te hace más feliz) y documenta todo aquello que define la esencia de marca, su voz y el tono de acuerdo a los segmentos que identifiques. 

Esto se convertirá en tu apoyo, te facilitará la mirada al pasado cada vez que lo necesites y a futuro al momento de producir nuevo contenido. 

Y un detalle más: será el documento de consulta obligado de tu equipo y tu cliente cada vez que deseen revisar sus procesos de comunicación. 

William Shakespeare dijo “Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras” y estoy de acuerdo. 

Elegir las palabras y el tono correcto tiene un poder ilimitado a la hora de conectar con el otro, así que tómate tu tiempo, observa, escucha y construye tu mensaje con las piezas correctas.

No te arrepentirás. 

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