Storytelling: elementos clave de una buena historia
Hablemos de storytelling. A día de hoy no es ningún secreto que las historias se recuerdan y los datos se olvidan, pero, ¿crees que todas las historias tienen la misma capacidad de ser memorables?
Yo no te voy a dar la respuesta, por ahora, la vas a adivinar tú.
Piensa en la película que más te haya impactado en este último año. Ahora recuerda ese libro que te ha quitado el sueño unas cuantas noches.
¿Tienen algo en común esas dos historias?
Seguro que sí y es de lo que vamos a hablar a lo largo de este artículo: los elementos clave para crear una buena historia.
Sensaciones que genera una buena historia
Te diría que las principales sensaciones de una buena historia son:
- Que sea adictiva.
- Que provoque una emoción en la audiencia.
- Que no aburra.
No tengo los estudios en mano, pero sé que cada uno de nosotros estamos expuestos, al menos, a un par de historias a diario, y por historia entiéndase:
- Un chisme que te cuenta tu mejor amigo.
- Una noticia de sociedad.
- Un story que ves en redes sociales.
- Un post personal en LinkedIn.
- El pretencioso anuncio de una marca de refrescos.
- Tu serie preferida en vídeo o audio.
- El libro o ebook que estás leyendo…
Y todas las que recuerdas generan en ti algunas sensaciones. Veamos algunas de ellas.
1. Que sea adictiva
Para que sean buenas y memorables estas historias han de ser adictivas; de esas que necesitas seguir escuchando, viendo o leyendo hasta el final porque te han atrapado.
De esas que da un poco de ansiedad cortarlas, en las que tu cerebro te pide conocer el desenlace lo antes posible.
¿Te ha pasado hace poco? A mí por ejemplo me pasa con algunos podcasts narrativos de intriga que suelo escuchar, como es el caso de La Esfera, del que me encuentro literalmente enganchada en estos momentos.

2. Que provoque una emoción
La historia será potente si hace vibrar emocionalmente a la audiencia, al oyente o al espectador de forma intencionada o no.
En ocasiones, hay historias cuyos temas están bien pero no sabes por qué no te generan esa dosis de interés y de atención mínima para que te atraiga.
Tal vez sea que no te llega porque no tiene sangre, déjame explicarte con ejemplos.
¿Alguna vez has escuchado decir de una persona que no tiene sangre? Se refiere a que es alguien impasible, que nunca muestra sus sentimientos. No se enfada, no se irrita, no se apresura; parece que no sienta.
Y, sin embargo, ¿qué es un caballo pura sangre? Todo lo contrario. Es un caballo de “sangre caliente”, esbelto, grácil, temperamental y casi imbatible en las carreras.
Esa es la sensación que ha de dejar la historia para que se considere una buena historia: que deje un poso de emoción bien sea tristeza, rabia, impotencia, sorpresa, miedo, terror,… el que sea, pero que lo deje.
3. Que no aburra
Un filtro por el que vas a distinguir de inmediato una mala de una buena historia es por si te aburre o no. Entiéndeme, no quiere decir que tenga que divertir per se, sino que, al menos, te atrape y te encoja o ensanche el corazón y te haga sentir una emoción, como decíamos en el punto anterior.
Que provoque en tu interior lo que los personajes están viviendo, desde su propia óptica, de modo que si ellos sufren, tú sufras; si ellos dudan, te haga dudar; si ellos celebran, tengas ganas de celebrar, etc.
¿Quieres conocer las claves para no aburrir en una buena historia?
No seas previsible
¿Sabes de qué color era el caballo blanco de Santiago?
Te he puesto este ejemplo tan burdo para que te des cuenta enseguida. Si ya se sabe cómo va a seguir la historia y cómo va a terminar, está tocada y hundida, porque será improbable que la audiencia pueda mantener su interés de principio o fin.
La previsibilidad se contrarresta con la sorpresa, que consiste en llevar los pensamientos del espectador por una dirección y, cuando menos se lo espere, conmoverle o maravillarle con algo imprevisto.
Me vienen a la cabeza ejemplos magníficos de finales de película con sorpresa, espero no hacer spoiler: El sexto sentido o The Game (obra maestra, si aún no la has visto ponla en tu lista de Pelis Imperdibles)
Evita la monotonía
Al igual que en la música, en la redacción es importante darle ritmo a tu composición y tener en cuenta los pulsos narrativos.
Por ejemplo, en una BSO la música acompaña lo que está sucediendo en la historia. Si es un momento de drama, lo potencia; si hay misterio, lo agudiza; si toca un desenlace apoteósico, lo vigoriza.
Con los relatos ha de suceder lo mismo.
Si estamos narrando el instante culmen en el que se produce la superación de un reto, el fin de una etapa incierta o cuando prende la chispa que lo quema todo, nuestra forma de redactar, ha de acentuar el significado de lo que está sucediendo.
Algunas recomendaciones:
- Utiliza frases cortas o largas de forma consciente, dependiendo de si quieres dar agilidad o apaciguar el texto.
- No uses palabras rimbombantes si tu intención es que esa parte del texto sea fresca y rápida.
- Busca el punto dulce entre las partes descriptivas y las de verbos de acción en función de si quieres acelerar o calmar al destinatario.
Al final, como en cualquier pieza de copy, hay que tener claro el objetivo con cada parte del texto y dar el ritmo que requiera lo que buscas expresar, para qué y para quién.
No confundas
El cine y la literatura están llenos de historias con trampas, ¿sabes cuando empiezan a desenlazar hilos que nunca se habían enlazado, por ejemplo?
Sucede también cuando de repente no saben cómo resolver la trama y sacan a un personaje extra de la chistera, o cuando todo es tan inverosímil que te acaban diciendo que todo era un sueño…
A veces esto ocurre porque el hilo narrativo no está bien definido desde el principio y no se ha creado una estructura sólida que sostenga la trama.
En consecuencia, el efecto que se produce inmediatamente después a la confusión es la falta de credibilidad, que va a tumbar todo lo que se haya contado hasta ese momento.

De no aburrir a provocar efectos imborrables para una buena historia
Aún no lo he dicho de forma explícita, pero aquí te presento uno de mis mantras:
«El mundo está lleno de historias que lo mueven».
Pero algunas trascienden y otras no, ¿de qué depende?
Aparte de todo lo que hemos explicado arriba te voy a dar algunos elementos clave más para atrapar con buenas historias.
Para empezar:
CUENTA BIEN LAS HISTORIAS, RESPETANDO EL QUINTETO MÁGICO
Una cosa es contar historias y la otra, bastante distinta, es contarlas bien: para ello hay que vigilar la estructura y no olvidarse nunca de ninguna pieza del llamado quinteto mágico.
Te presento por aquí sus 5 elementos:
1. El protagonista
Recuerda que este es un artículo para que las historias, o el storytelling, te ayuden en tu marketing, por lo que ahora aprenderás cuál es aquí la astucia del protagonista.
Debe representar un perfil con el que tu destinatario se tiene que sentir identificado, normalmente comparten el mismo problema para el que tú vas a darles la solución que será tu marca, producto o servicio.
2. El conflicto o el cambio
A más transformación haya en la historia más impactará y más memorable para la audiencia. Hay que contar el antes y el después y cómo consigue la transformación el protagonista.
Importante dar los detalles pertinentes para que el destinatario comparta la vergüenza, el miedo o la felicidad, etc, con el protagonista.
Sin entrar en más detalle, aquí es importante tener en cuenta las neuronas espejo o de la empatía, que son las responsables de hacer sentir al espectador/lector/oyente la misma emoción que siente el protagonista.
3. La trama: planteamiento, nudo y desenlace
Es la estructura clásica para seguir un hilo argumental y que no se confunda o se pierda el espectador.
Esto no significa que siempre haya que comenzar una historia desde el principio o que no haya saltos en el tiempo, sin embargo siempre habrá que contextualizar al inicio, presentar el conflicto y cerrar una historia.
Una buena historia siempre cierra porque no puedes haber creado intriga y atrapado la atención para después no dar al destinatario su premio que es descubrir lo que pasa al final.
4. Enemigo
No tiene por qué ser un personaje antagonista, sino el problema al cual se enfrenta el protagonista y el que va a superar.
Si somos una marca de detergente, imagínate, el enemigo es la suciedad. Si somos unos técnicos informáticos, el problema será una avería en un teléfono móvil, por ejemplo.
5. Moraleja
Y por último, crea una buena historia que termine con moraleja más o menos explícita.
Es el “no hables con extraños”, en Caperucita Roja, el de contrata un seguro de hogar si no quieres pagar por un accidente en casa; el “lo importante es llegar” de la DGT…
Se utiliza mucho de manera implícita en los posts educativos que creamos habitualmente, entre otros.
Y hasta aquí vamos a llegar en este artículo. Espero que la próxima vez que tengas en mente crear una historia o hacer storytelling te vuelvas a pasar por el artículo y te asegures que estás aplicando todas las recomendaciones que te he pasado.
Si quieres saber más sobre storytelling no dejes de visitar mi páginas: estherpina.com o www.creatukitdehistorias.com, tengo talleres para profundizar más en el tema que te encantarán.
Mientras tanto, fluye y que las buenas historias te acompañen.